Dolores Tinoco Fernández, La Roezna, vivió hace un siglo en el pictoresco barrio de San Miguel, justamente debajo del castillo emblemático de Alcalá de Guadaíra. La cantaora creció en un ambiente humilde, rodeada por su familia, que se dedicaba a la forja. Era pariente de Joaquín de la Paula y dejó al mundo flamenco algunas soleares, que Antonio Mairena más tarde cantó y grabó.

Desde hace unos días su pariente Soraya Rodríguez ha preparado un homenaje junto con la Asociación Voluntarios del Castillo de Alcalá para la trascendente gitana.

La tarde empezó con un taller de letras flamencas para niños dirigido por los poetas David Eloy Rodríguez y José María Gómez Valero.

Se crearon muchas letras por soleares, que fueron ilustradas por el pintor Patricio Hidalgo de La Puebla.

Este pintor dibujó un logrado cómic sobra la Roezna y su soleá y también pintó en vivo mientras que la cantaora Laura Vital acompañada por la guitarrista María José Domínguez cantaba unas soleares.

A propósito: Como en Granada hay también en Alcalá algunas cuevas, donde los flamencos vivían y todavía viven. Entre ellas se encuentra también la de la Roezna. Si visitas el castillo pasarás por esta cueva.