Víctor Bravo nació en Sevilla 1977, comenzó sus estudios de Danza Clásica y Flamenca a la edad de 4 años en la Escuela Superior de Danza de Matilde Coral, acabando la carrera de danza con 15 años, vivió -entre otros países- en Japón y cuando volvió a España fundó su propria compañía. Hoy es director de la escuela de baile en el Museo de Baile Flamenco Sevilla.
¿Cuál es tu palo preferido?
Pues la verdad que no podría elegir un palo entre tantos y tan intensos y diferentes estilos como posee el flamenco según el estado en el que te encuentras, según la atmosfera y los artistas que te acompañan en ese momento, según el clima que se crea puedes sentir todo lo contrario a lo que esperabas o creías que iba a suceder y generalmente mas de lo que puedes imaginar, ya que la explosión de sentimientos y la simbiosis entre todos es totalmente impredecible. Hoy destaco un baile por seguiriyas con castañuelas que estoy investigando por ejemplo o los aires abandolaos que también están presentes en mi actual busqueda pero ayer pudieron ser cantiñas o mañana taranto…
¿Cuál es tu bailaor/bailaora preferido/a?
Pues al igual que no podría elegir un palo flamenco entre tanta riqueza, tampoco podría elegir a un solo artista entre tanto talento, personalidad y estilos creo que cada artista como ha sucedido siempre en la historia le aporta algo especial al flamenco. No me considero defensor de el arte limitado, ni tampoco del arte excesivo o desfasado, si creo en un equilibrio en el lenguaje flamenco, pero sobre todo creo en la honestidad y en la pureza (pureza literalmente, no como cliché) del artista que se muestra tal y como siente su arte. Por lo que mis artistas preferidos son aquellos que arrancan un ole por su virtuosismo, claro que si, pero por encima estarán siempre aquellos que me hacen llorar, reir o sentirme vivo de emoción.
¿Cómo ves el futuro del flamenco?
Pues no se si lo creo o simplemente lo deseo, pero veo el flamenco vivo por siempre, veo al flamenco inmortal porque es un arte en constante evolución y en constante vuelta a sus orígenes tiene el equilibrio de ambos polos, el que lo hace evolucionar frente a la lucha de sus retractores y el que lo mantiene “clásico” frente a la lucha de sus también retractores y al igual que ha pasado siempre, ninguno gana en su lucha y todos ganamos manteniendo este arte como debe ser… salvaje, único y con tanta riqueza como opción de crecimiento. Sea como sea siempre que haya creadores el arte seguirá vivo…
¡Gracias Víctor!